viernes, 29 de enero de 2016

RECORDAMOS LO QUE PERDEMOS.

Conforme  avanzan las estaciones en   este tren de  la vida, la mayoría de las cosas  que cantamos, escribimos, sentimos muy dentro son nostalgias.

Amamos lo que hemos perdido.Siempre la  misma historia.

A veces  parece la vida como esa  cola que esperas a  qué te  llamen para entrar en una  oposición. Y cantan los nombres de los  candidatos. Hasta entonces has estado desayunando con tu gente, has ido a  la fila, te presentas  a unos y a otros, charlas...

Van nombrando de una lista extensa a unos  y a otros..."¡adiós, buena suerte!", te desea asustado uno de los  candidatos a superar la prueba. Y sigues allí, un poco perplejo, pues cada vez quedamos menos y el que sale a leer los nombres , pronunciados de un modo impersonal, anónimo, ni siquiera hace un gesto de esperanza de que pronto serás  tú el que entre.

Y , poco a  poco, esa hilera  kilométrica ahora apenas es una sarta de  varios pringaos que , hartos de esperar, sumidos en la incertidumbre , hablamos de todo y de nada.

Ya sólo  quedo yo.

- ¿Cómo  se  llama usted?- pregunta  de un modo desangelado, sin mirar a los ojos.

- Jesús Mendive.

- ¡Aquí no hay ningún  Jesús Mendive!.

- Pues...en la lista de aquella pared  está  mi nombre.

- Ya, pero en ésta, y es la que vale, no está-  me dice  levantando  un listado enorme  de  hojas repletas de nombres y apellidos.

- ¿Y qué hago?

- Usted sabrá.

Nada  dura  para siempre , excepto los recuerdos  que guarda el corazón. Allá dentro quedaron unas cuantas  historias  que caminamos juntas hasta un cruce de caminos.



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AQUÍ:LABARULLA: EL URÓLOGO DESCONCERTADO

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